EUROPA
PRESS
28 agosto
2018
¿Por
qué hay zonas del cuerpo que engordan o acumulan más grasa que otras?
La obesidad ha alcanzado en esta era el
calificativo de la 'epidemia del siglo XXI'. En la actualidad es un problema
cada vez más acuciante y que está preocupando a las altas esferas sanitarias a
nivel mundial. No obstante, la capacidad de nuestro cuerpo por almacenar
energía y usarla más adelante nos sirvió en antaño, en épocas de escasez de
comida.
El presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la
Obesidad (SEEDO), el doctor Francisco Tinahones,
explica a Infosalus que la distribución de la grasa
en el cuerpo es diferente en función de las propias características del
individuo, del sexo que tenga, de la genética y del estilo de vida. "La
grasa tiene dos formas donde almacenarse: en el tejido adiposo subcutáneo (se
distribuye de forma homogénea por nuestro cuerpo), o en el tejido adiposo
visceral (cintura/tronco)", indica.
Además, sostiene que la distribución de la grasa tiene mucho
que ver con las hormonas, y en concreto, las femeninas contribuyen a que se
distribuya la grasa de forma general por todo el cuerpo, mientras que en el
hombre en el tejido adiposo visceral.
"Pero también hay genética detrás y familias con
predisposición a acumular en el abdomen y, por tanto, siempre engordan en esa
zona. Se sabe que el visceral está más ligado a enfermedades relacionadas con
la obesidad, tales como la diabetes, la hipertensión o las alteraciones de los
lípidos", precisa el doctor Tinahones.
Así, indica que la grasa se acumula porque se consumen más
calorías de las que se gastan, y por ello el organismo almacena ese excedente
de calorías en el tejido adiposo. "Nuestro organismo está preparado para
almacenar energía porque viene de una especie que tiene millones de años de
evolución, y el ser humano ha pasado más periodos de hambruna que épocas donde
goza de alimento de forma regular. Por ello, el cuerpo está preparado para no
perder esa energía cuando toque no comer, pero como ahora no ocurre como entonces
se queda así. De esta manera, un sujeto que consuma lo mismo que gasta tendrá
tejido adiposo pequeño; sin embargo, si se come más se acumula ese exceso de
energía", subraya el presidente de la Sociedad Española de Obesidad.
Con todo ello, el experto recuerda que hay zonas que
acumulan una mayor cantidad de grasa que otras por la predisposición genética a
acumular grasa en la tripa, en el tronco, aunque también está relacionado con
el sexo de la persona, y luego con el estilo de vida, ya que, según destaca,
una persona que hace ejercicio físico normalmente predispone a que no se
acumule la grasa.
¿Por qué es muy
difícil de eliminar esta grasa?
Sobre las razones que explicarían por qué es tan costoso
para algunas personas, a pesar de estar a dieta, el quitarse esos kilos de más
o esa acumulación de grasa, el doctor Tinahones
señala que porque al cuerpo le resulta "difícil" realizar balances
negativos de energía.
"Hay que darse cuenta de que la tendencia actual es a
consumir más de lo que gastamos y cuando consumimos menos de lo que gastamos el
organismo tiene que tirar del tejido adiposo, que es donde está almacenada la
energía. Pero curiosamente el organismo está preparado para que esas reservas
de grasa no las consumamos o nos cueste mucho consumirlas", indica.
Así, reconoce que es nuestro organismo el que evita que ese
acumulo de grasa se pierda, incluso con dietas muy bajas en energía. Por
ejemplo, el especialista cita que el organismo, para evitar perder esa grasa
acumulada, un seguro de vida para el hombre primitivo, muchas veces pone en
marcha mecanismos de defensa, como son bajar la temperatura corporal, y así
evitar que cuando se coma poco se degrade todo el tejido adiposo para obtener
energía.
"Es muy fácil almacenar la grasa después del exceso de
ingesta, y cuesta trabajo para perderla porque el organismo se defiende. Pero
si seguimos manteniendo ese déficit energético poco a poco esa grasa se va
perdiendo", asegura.
Sobre el hecho de que haya zonas del cuerpo que adelgazan
más rápidamente que otras, como sería el caso del pecho en las mujeres, el
especialista indica que, por desgracia, cuando la grasa se acumula en el
abdomen, en el tronco, se resiste y cuesta más adelgazarla que aquella del
tejido subcutáneo.
"Se encuentra la paradoja de que hay personas que
pierden más grasa de los brazos que de la tripa pero tiene que ver mucho con la
susceptibilidad genética, con el sexo y con el estilo de vida de la persona. El
ejercicio físico contribuye de forma importante a que se pierda grasa de forma
global", agrega el presidente de la SEEDO.